La
última vez que fui a dicho lugar, me sorprendió la diversidad de tipos de
clientes que ahí estaban, había familias, grupos de amigos, parejas de novios,
etc. El Costeñito se vende como un restaurante informal casual, adecuado para
todas las edades, ya que cuenta con un menú especializado para niños, uno para
la comida en general, y otro donde sólo se muestran las bebidas, para aquellas
personas que sólo van al bar.
El
Costeñito es muy considerado al darles la misma atención a todos sus clientes
ya que en algunas sucursales hay incluso áreas con una música e iluminación
diferentes en la parte del bar o de fumadores, así como mesas más altas y
pequeñas. Este restaurante ha demostrado cuidar siempre la satisfacción de su
variada clientela, rompiendo con los estándares de “ambiente familiar” y
“ambiente de fiesta” (por así decirlo). Así pues, El Costeñito logra combinar
ambos ambientes sin problema alguno, haciendo felices a sus fieles
consumidores, desde el niño que quiere ir a comer palitos de pescado, el señor
que desea degustar de un buen caldo de mariscos, hasta el universitario que
sólo quiere perderse en alcohol.
En resumen, El
Costeñito es un lugar para cualquiera que quiera pasar un buen rato, ya sea
comiendo o tomando… o comiendo y tomando.
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