¿Y ahora, quién podrá defender a
nuestro cine?
Sí,
por si lo pensaron, el título de arriba está tomado de la frase clásica del
Chapulín Colorado, pero eso no quita que es una buena pregunta que a su vez
lleva a otra: ¿qué entendemos nosotros como cine mexicano actual?
La
respuesta de casi todo mundo va por películas como Nosotros los Nobles, No se
aceptan devoluciones, ¿Qué culpa tiene el niño?, entre tantas más, ya que la
tele además de otras campañas publicitarias nos bombardean con spots, trailers
y anuncios vendiéndonos estas películas. Lo curioso es que, para mi gusto,
ninguna de éstas me parecen muy buenas, porque viéndolas con ojo más crítico,
recurren a chistes que son groseros o demasiado simples, no cuentan con buenos
actores, ya que la mayoría son celebridades del momento que creen que
sobreactuando o haciéndose los graciosos ya hicieron un buen papel, sin
mencionar que las historias no son otra cosa que telenovelas o sketches de los
programas cómicos (JAJAJA, lo siento pero llamar cómicos a esos programas de
cuarta) de la cadena Televisa.
Y
lo anterior lo puedo afirmar en cuanto a que si bien a las películas ya
mencionadas no les va mal en la taquilla, jamás las he visto mencionadas en
ninguna premiación seria o que se les otorgue algún reconocimiento por
sobresalir en alguna actuación o categoría técnica. Para eso hay que voltear a
ver a Estados Unidos, donde por varios años Guillermo del Toro, Alejandro
González Iñárritu, Alfonso Cuarón y Emmanuel Lubezki han cautivado a las
audiencias con sus increíbles películas, así como en Europa nombres como Carlos
Reygadas, Michel Franco y Amat Escalante son reconocidos y venerados por los
críticos más exigentes. Ambos casos son admirables, y más si mencionamos
concretamente que los señores Cuarón e Iñárritu ganaron Óscares por tres años
consecutivos por las cintas Gravity, Birdman y The Revenant, compitiendo contra
títulos como 12 años esclavo, Boyhood y Mad Max; a su vez, los señores Franco,
Reygadas y Escalante han sido premiados en el popular festival de cine de
Cannes por las cintas Chronic, Heli y Post Tenebras Lux, compitiendo contra
favoritas de la crítica europea como Amour, La Grande Belleza y El Hijo de Saúl.
Pero
entonces, ¿por qué todas las películas anteriores, ganadoras de premios y
renombradas, nunca llegan concretamente a las salas de nuestra ciudad de
Torreón, y si lo hacen pasan sin pena ni gloria? En mi opinión intervienen dos
cosas: la primera es que las cadenas de cine que tenemos (Cinépolis, Cinemex,
Citicinemas) siempre juegan por lo seguro, y saben que la gente prefiere pagar
por ver (disque)comedias con las estrellas del momento que ver cine de arte, lo
que lleva al punto dos, que es esta percepción de que las películas ganadoras
de premios son películas “raras” y “aburridas” que sólo intelectuales y
hípsters ven y no por otra razón que presumir que son más cultos y abiertos que
el resto de la población.
Lo
anterior me provoca mucha tristeza, porque yo no me considero una persona
hípster y como muchos me gusta ir al cine para entretenerme y pasar un buen
rato comiendo palomitas, pero también disfruto enormemente cuando veo
cualquiera de los filmes premiados en todo el mundo que cuentan con genios
mexicanos detrás de ellos, porque veo en estas películas puertas a pensamientos
y sentimientos profundos que ni los Vengadores ni Disney me ofrecen, además de
que me hacen sentir orgullosa de que personas de mi país hagan cosas dignas de
estar en una entrega de Óscares o del festival europeo más famoso del mundo.
Lo
que me lleva a repetir la pregunta: ¿y ahora, quién podrá defender a nuestro
cine? Y la respuesta a mi parecer es YO la espectadora, ya que si pago la
entrada para ver estas increíbles películas, y paso de boca en boca a mis
amigos y familiares que las vayan a ver, estas películas gozarán de mayor
consideración por parte de las cadenas de Torreón quienes se animarán a
exhibirlas en más salas permitiendo que más personas las disfruten. De esta
forma, contaremos con más y mejores opciones que realmente representan la
grandeza y el talento que nuestro país ha ofrecido por tantos años en este
medio tan grandioso que es el cine.
El pintor sueco, Habdon
Sundblom fue el creador de la imagen de Santa Claus que conocemos. Habdon usó
este personaje en una campaña publicitaria que fue lo que marco el cambio de
Santa y que hizo que se creara una imagen mucho más estándar de este personaje.
Sundblom fue el que hizo el cambio de la vestimenta de Papá Noel de verde a
rojo, para que los colores de Santa fueran los colores que Coca usa y que la
gente ya los conoce, el rojo y el blanco.
