Hace
tiempo que dejé de hablar con un buen amigo. Es curioso porque solíamos tener
largas conversaciones tratando de comprobar al otro, que el género musical que
escuchábamos era mejor que el del otro. A él le gustaba el rap, pero el de la nueva escuela, mientras que a mí me
gustaba (aún me gusta) el rock de los 70’s y 80’s. Al final, y en base a que
ninguno siguió con esa infructuosa batalla, podría decirse que fue empate por
default.
Y si
bien, eso es historia del pasado, me sirvió para encontrar una situación
bastante interesante, pues descubrí que el mundo de los géneros musicales es
perfecto para expresar lo que en mercadotecnia se denomina como nichos de mercado. Es decir, cada género
tiene sus propias características, sus enfoques, y por supuesto, su audiencia.
A su vez, pareciera que los artistas también pueden decidir si quieren actuar
en un solo nicho musical, o explorar,
y probar suerte en otros. Es lo mismo en el mundo de las ventas y la
competencia, cada producto tiene su público destinado, sus características, y
una empresa puede decidir qué hacer o que no respecto a lo que ofrece y podría
ofrecer.
Por
naturaleza, todos los géneros en mayor o menor medida comparten rasgos entre
sí, sin embargo, para algunas personas, y más para las seguidoras de tales
géneros, es fácil identificar qué tiene ese género que les atrae, que lo vuelve
distinto de los demás. Hubiera sido interesante, por ejemplo, escuchar
canciones de rap interpretadas por Deep Purple, sin embargo, de haberlas quizás
no me habrían atrapado tanto como sus canciones reales. Además, desde mi
personal punto de vista, posiblemente no hubieran tenido el mismo éxito en ese
género, pues ellos de alguna manera correspondían al rock. Igualmente aplica a
las empresas, quienes pueden intentar entrar a todas las ramas de variedades de
productos y servicios, pero como se dice comúnmente, pueden no tener madera para
muchos de los nichos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario